Azucena Bardají: "Considero a Mozambique mi segunda casa. Es mi lugar en el mundo".
Entrevistamos a la prestigiosa investigadora Azucena Bardají con motivo del día internacional de la mujer trabajadora, (8 de marzo).
1. ¿En que momento de su vida decidió dedicarse a la medicina? ¿Lo tenía claro a una temprana edad?
Cuando tenía 14 años y estudiaba primero de B.U.P (Bachillerato) en el Centro de Enseñanza Secundaria “Seminario” de Barbastro (Huesca), todos los domingos, y después de estudiar y acabar los deberes del fin de semana veía la seríe “A corazón abierto”, que relataba el trabajo de unos médicos de urgencias en un hospital de Boston, en Estados Unidos.
Viendo esa sería supe con toda certeza que quería ser médico, y ayudar a la gente enferma. Cuando acabé el bachillerato y el C.O.U me preparé a conciencia para el examen de selectividad y pude estudiar Medicina en la Universidad de Zaragoza.
En el verano de 4ª de Medicina me fui como voluntaria a trabajar a la selva de Esmeraldas en Ecuador, en un Dispensario en Santa María de los Cayapas, un verdadero paraíso tropical, pero sin carreteras, ni red eléctrica, comunicaciones o agua corriente en las viviendas. Allí atendí mi primer parto yo sola, porque no había ningún médico en muchos kilómetros a la redonda, y allí hice el primer diagnóstico de malaria y de leismaniasis de mi vida con un viejo microscopio que había en el dispensario. Lo que viví ese primer verano en Ecuador, al que siguieron 2 veranos más, cambió mi vida para siempre. Me di cuenta que quería dedicar mi vida a trabajar por la mejora de la salud de los países más pobres, y de las poblaciones mas vulnerables, las mujeres embarazadas y los niños pequeños.
2. ¿Por qué enfocó su vida hacia la investigación médica?
Fue gracias a la oportunidad que me brindaron desde el Hospital Clinic, el Dr. Pedro Alonso y la Dra. Clara Menéndez, que fui a Mozambique a trabajar en el Centro de Investigación de Manhiça llevando a cabo un ensayo clinico sobre tratamiento preventivo intermitente en mujeres embarazadas para prevención de los efectos negativos de la malaria en el embarazo.
Allí descubrí, lo cierto es que sin buscarlo, que la investigación tiene un enorme potencial de generar impacto sobre la mejora de la salud de las poblaciones, en particular de las poblaciones más vulnerables en países pobres.
Esa posibilidad de generar un impacto es lo que más me atrajo, y me sigue atrayendo, de la investigación.
3. Tras haber realizado sus respectivos estudios, ¿por qué se especializó en la epidemiología?
La epidemiología te permite entender las enfermedades, cómo se distribuyen en las poblaciones, y los factores que las determinan. Es una poderosa herramienta para mejorar la salud de las poblaciones a través de la investigación biomedica.
4. Por lo que hemos estado leyendo, gran parte de su mérito reside en la investigación de la enfermedad de la Malaria, ¿se debe esto a algún motivo especial?
Durante algunos años viví y trabajé en Mozambique después de haber acabado la especialidad, vi muchos niños pequeños, a diario, muy enfermos de malaria. Muchos de ellos acababan muriendo. Algunos días trabajando en el hospital eran muy duros, y volvía a mi casa muy triste. Pero eso sólo hizo que motivarme, darme energías, y reforzarme en mi vocación por trabajar por la salud de los países más pobres y las poblaciones más vulnerables.
Durante el tiempo que trabajé en Mozambique también fui el médico responsable de la maternidad del hospital donde trabajaba. Allí pude atender a muchas mujeres embarazadas y ayudarles a dar a luz a sus bebés. También atendí a muchas mujeres embarazadas de malaria, o por hemorragias o complicaciones de su embarazo. Atendí a niños recién nacidos, y algunos nacieron muy débiles, o con un peso muy bajo; algunos no lo superaron y fallecieron. Los años de trabajo en Mozambique fueron algunos de los años más importantes de mi vida. Considero a Mozambique mi segunda casa. Tengo muchos amigos, antiguos pacientes, que todavía conservo y que veo cuando viajo ahora para trabajar en estudios de investigación que he continuado llevando a cabo. Cuando voy a Mozambique acabo trabajando muchas horas, pero por mucho esfuerzo que dedique, siempre recibo mucho más a cambio. Soy feliz cuando estoy allí. Es “mi lugar en el mundo”.
Considero que ha sido un regalo de la vida sentir la motivación y la convicción por trabajar desde una perspectiva de EQUIDAD en las enfermedades que mantienen a los pobres en la pobreza, y a los países en el subdesarrollo. Y a ello se suma la suerte y la oportunidad de haber conocido a personas que comparten esa visión y que consideran la investigación científica una poderosa herramienta para promover el desarrollo y tener un mundo más justo en el que el lugar de nacimiento no determine las posibilidades de sobrevivir y de tener una existencia digna.
5. Hemos visto que ha sido premiada con el prestigioso L'Oréal-UNESCO en el año 2017. ¿Cree usted que este tipo de premios son necesarios para ser conocida como una buena profesional?
No, en absoluto!. La verdad es que me presenté a este premio/beca porque necesitaba conseguir dinero para hacer un estudio! Tenía que pagar los costes de unos test de diagnóstico molecular (PCRs).
Ser una buena profesional requiere mucho esfuerzo, ser perseverante, estudiar constatemente, tener capacidad de trabajar en equipo, ser rigurosa, ser ambiciosa también para superarse a una misma cada día. Esto es una carrera de fondo!. Y a mi me queda la tira por aprender todavía!!
6. ¿Considera que el desarrollo de la salud maternal en África tiene un futuro próspero? ¿Qué opina usted sobre el papel de la mujer en Mozambique?
Cuando viajo a Africa veo enormes diferencias entre hombres y mujeres. Por ejemplo en Mozambique, las mujeres son las sostenedoras de las familias, son quienes cuidan de los niños, quienes trabajan en el huerto, van a vender sus verduras al mercado,… Ser mujer en África es muy duro. En el hospital de Mozambique en el que trabajo son las madres casi siempre las que están con los niños cuando están enfermos y se quedan ingresado, o quienes los traen al hospital cuando les toca recibir las vacunas de la infancia. Hay madres que caminan durante horas con sus niños a la espalda (lo que en Mozambique se llama “neneca”) hasta llegar al hospital; salen de madrugada de sus casas cuando todavía es de noche, para llevar a sus hijos al hospital porque comprender muy bien la importancia de las vacunas.
7. ¿Qué progresos han provocado directamente sus avances en este país?
Me siento especialmente orgullosa de que las investigaciones que llevamos a cabo en colaboracion con la Dra. Clara Menéndez sobre la evaluación del tratamiento preventivo intermitente (TPI) para prevención de los efectos de la malaria en el embarazo influenciaron la recomendacion de esta política en Mozambique.
Estas investigaciones también demostraron que el TPI es una de las estrategias más costo-efectivas en la reducción de la mortalidad neonatal, información que ha servido para reforzar la recomendación de dicha estrategia en países del África sub-Sahariana.
8. ¿En qué proyectos está inmersa ahora mismo?
Ahora mismo estamos preparando un estudio en Mozambique en mujeres embarazadas y sus hijos para entender el impacto del virus respiratorio sincitial, causante de bronquiolitis y neumonias graves en niños pequeños.
Este estudio sentará las bases epidemiológicas para la evaluación en Mozambique en un futuro proximo, espero, de una nueva vacuna en mujeres embarazadas para la prevención en niños en los primeros meses de vida de neumonías graves causadas por este virus.
También estamos trabajando en un estudio para comprender el efecto que tiene la infección por VIH y la malaria en el embarazo, dos infecciones muy frecuentes en el África sub-Sahariana, en la respuesta a vacunas en el embarazo y en la transferencia de anticuerpos maternos especificos de vacunas a través de la placenta.
9. Existen grandes investigadoras españolas en el ámbito de la salud (María Blasco, Margarita Salas, Flora de Pablo o usted misma). ¿Cree que existe igualdad en este aspecto?
Vaya por delante que estoy a miles de años luz de las excelentes investigadoras que habéis mencionado!!.
En el ámbito científico, las mujeres nos enfrentamos diariamente a obstáculos, la escasa o nula visibilidad de nuestros logros científicos por ejemplo, o la exclusión y la falta de participación en condiciones de igualdad en las comunidades científica y tecnológica.
Aunque ya se haya conseguido el acceso mayoritario a esos ámbitos, las mujeres seguimos sin alcanzar los niveles de decisión y responsabilidad en igual medida a nuestros compañeros masculinos. Queda mucho por hacer, y barreras de todo tipo a sortear (estereotipos, sesgos, cargas familiares) hasta conseguir la igualdad de genero en este ámbito. Pero éste no es un derecho o una reivindicación que nos corresponda exclusivamente a las mujeres, es una responsabilidad de todos, tanto de mujeres como de hombres, y de toda la sociedad.
10. Para finalizar, ¿qué mensaje mandaría usted a los estudiantes de bachillerato que quieren estudiar medicina en un futuro?
No solo para los estudiantes que quieran estudiar Medicina, sino para cualquier estudiante de bachillerato me gustaría transmitir:
- Que os encontráis en un momento maravilloso de vuestras vidas donde vuestras decisiones y vuestras acciones definirán vuestro futuro
- Estudiad lo que os apasione, trabajad en lo que os apasione. Haced de vuestra pasión, vuestro trabajo. La científica Rita Levi-Montalcini, Premio Nobel en 1986 por sus aportaciones a las neurociencias y para quien la ciencia era una de las formas de humanismo, decía que “Amar el propio trabajo constituye la mejor aproximación concreta a la felicidad en la tierra” (os aconsejo su libro “Tu futuro” con consejos de la Premio Nobel a los generaciones más jóvenes).
- No os desaniméis ante las adversidades. Las personas nos descubrimos cuando nos medimos con un obstáculo. Los momentos difíciles son los que nos ofrecen las mejores oportunidades para crecer y superarnos. Con trabajo, esfuerzo, sacrificio y perseverancia alcanzaréis vuestros objetivos.
- Cultivad la curiosidad, la creatividad, estudiad, preparaos. Decía Nelson Mandela que “la educación es el gran motor del desarrollo personal, la herramienta más poderosa para cambiar el mundo”. Buscad la excelencia.
- Sed ambiciosos, pero ambición por superaros a vosotros mismos, retad vuestros límites, sed inconformistas, mantened una continua actitud de búsqueda.
- Y finalmente, en el trazo de vuestro camino en la vida rodeaos de “los mejores”, los mejores profesionales con los que trabajar, los mejores amigos con los que compartir y disfrutar la vida, pero sobre todo rodeaos siempre de “las mejores personas”.
- Cultivad la curiosidad, la creatividad, estudiad, preparaos. Decía Nelson Mandela que “la educación es el gran motor del desarrollo personal, la herramienta más poderosa para cambiar el mundo”. Buscad la excelencia.
- Sed ambiciosos, pero ambición por superaros a vosotros mismos, retad vuestros límites, sed inconformistas, mantened una continua actitud de búsqueda.
- Y finalmente, en el trazo de vuestro camino en la vida rodeaos de “los mejores”, los mejores profesionales con los que trabajar, los mejores amigos con los que compartir y disfrutar la vida, pero sobre todo rodeaos siempre de “las mejores personas”.
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